lunes, 14 de febrero de 2011

DROGAS: POLÍTICA CRIMINAL EN ESPAÑA (I)



Por motivos personales bastante comunes y obvios, el blog no se podrá mantener sin colaboraciones. Por eso siempre me llena de satisfacción cuando alguien se ofrece a divulgar artículos e ideas en consonancia con lo que aquí se trata, y siempre teniendo clara la linea ideológica de esta casa y la modesta aspiración a la reflexión que intentamos evidenciar. Así que desde esta introducción, animo a que si hay lectores con las mentadas inquietudes, me contacten libremente al mail reseñado a la derecha, donde aparecen mis datos.

Oscar Ruiz nos trae un trabajo sobre la política criminal en España sobre la cuestión siempre controvertida de las drogas. La verdad es que es un tema que había que tratar en esta web por todo lo que conlleva, y que mejor manera que de la mano de un criminólogo. Se dividirá en varias partes para adecuarlo al ritmo de lectura de todo blog, desde el concepto droga a su legislación consecuente. Un saludo a todos.




CONCEPTO DE DROGA



La palabra “droga” tiene su origen en el francés “drogue” que significaba extracto esencial de la naturaleza (en general vegetal) que, introducido en un organismo vivo, puede modificar una o varias de sus funciones. Se vincula con su origen en el griego “narkoun”, traducido al español como “narcótico” (sustancia para adormecer o sedar) y al francés como “stupéfant” españolizado como “estupefaciente” con similar acepción (que deja estupefacto, quieto).

El concepto droga se asocia desde el siglo XVl con venenos, con narcóticos y con opiáceos desde 1883. En farmacología botánica se aplica la palabra “droga” como la parte de la planta que se usa .Otros términos que se relacionan serían: remedio asociado con poción o brebaje reparador de funciones normales o corrector de disfunciones. Todos estos significados al incluirle el sentido moral, adquieren el término genérico utilizado en el inglés “drug”, perdiendo la nitidez farmacológica como inductora de sueño y sedación.






Las relaciones de la palabra “droga” han evolucionado desde su estado originario hasta nuestros días, a partir de las conexiones que con ella se quieran establecer. Las relaciones son múltiples, lo que le otorga complejidad al término “droga” y por ello es importante caracterizarla de acuerdo con los atributos que actualmente se le confieren.(J.M. Fericgla,2000).

Kramer y Cameron redactaron para la Organización Mundial de la Salud en 1975 el Manual sobre la dependencia de las drogas. En él sintetizaron una serie de definiciones que constituyen una referencia obligada a la hora de definir las sustancias que se consideran “droga”. En este manual droga es “toda sustancia que, introducida en el organismo vivo, puede modificar una o más funciones de éste”. Los propios autores dicen que se trata de un “concepto intencionadamente amplio” y lo delimitan con otros como “farmacodependencia”, “droga causante de dependencia”, “tolerancia” y “síndrome de abstinencia”. Sin embargo, toda esta terminología no llega adefinir qué es droga” y se limita a establecer un marco de referencia que permite clasificarcomo “droga” una serie de sustancias a las que previamente se les ha asignado tal categoría.

La causa de esta dificultad o incapacidad para definir “droga” proviene precisamente del hecho de que si una sustancia es “droga” o no, se decide por elementos socioculturales más que por sus características farmacológicas. Las sustancias clasificadas como “droga” lo son, porque la sociedad las ha codificado culturalmente como tales, entrando, en contacto con ellas y usándolas precisamente para conseguir los efectos que de ellas se esperan.

La investigación farmacológica y bioquímica, mostrando las propiedades y los efectos de determinadas sustancias sobre el organismo, puede señalar cuáles son drogas teóricas o potenciales, pero para que dichas sustancias adquieran el estatus de drogas han de ser codificadas culturalmente como tales.


Esto significa, en primer lugar, que hay muchas sustancias que son “drogas teóricas”, es decir, que si fueran usadas podrían provocar síndrome de dependencia, pero no son drogas desde un punto de vista social y no tienen otro interés que el de la investigación toxicológica y en segundo lugar, que no son las propiedades farmacodinámicas de una sustancia las que determinan su inclusión en la categoría de droga sino el hecho de que fustigue síndromes de dependencia reales y observables en individuos concretos y en nuestro entorno sociocultural.

Para el presente trabajo, el concepto de droga que utilizaremos será el de Kramer y Cameron, ya que entendemos que no nos corresponde discriminar las legales de las ilegales, aunque quizás nos refiramos más a estas últimas por ser las que están rodeadas de más polémicas y también por ser el objeto de una mayoría producción de políticas criminales -normalmente represivas-.

3 comentarios: