sábado, 6 de noviembre de 2010

CRÓNICAS DE IBIZA


Cuando aludía en las primeras entradas del blog a la temática de los artículos que aquí se iban a desarrollar hablaba de supuestos cercanos al derecho o a la “resistencia“, probablemente el que siga sea el primero que no tienen una gran relación con ninguno de estos conceptos, al menos en la actualidad.

En mi afán de realizar una radiografía social de los lugares que frecuento o he visitado en alguna ocasión no podía faltar Ibiza, un lugar tan particular como este merece como mínimo una pequeña reflexión.

Llegué por primera vez a la isla en el año 99, todavía no había estrenado mayoría de edad y evidentemente poco o nada pude profundizar en las raíces de la historia insular, desde luego que no era la época apropiada para ello, pero recuerdo perfectamente como nuestro anfitrión señalaba repetidamente “esto ya está muerto” ante mi perplejidad, ya que desde mi ingenua perspectiva solo podía observar una fiesta desenfrenada 24 horas al día, los 7 días de la semana, desde una rave en una playa hasta macroclubs que acogían a más de 10.000 personas en una noche. Después de aquella visita inicial ,y a lo largo de los años, mi madurez fue aumentado de forma proporcionalmente inversa al desenfreno de Ibiza, hasta llegar al punto actual donde la isla dispone de las mismas infraestructuras pero ha reducido de forma palmaria todo lo que se refiere a horarios y tolerancia con drogas.

Pero la historia de la población balear dista mucho en sus comienzos de lo que nuestra generación ha heredado. Desde 1957 hasta 1973 tanto Ibiza como Formentera acogen una cantidad impresionantes de pintores, dibujantes, artistas, escultores, arquitectos, diseñadores y demás gente de carácter bohemio. Pero sin duda el boom que caracterizó a la isla blanca fue el movimiento hippie en los 60, Tras finalizar el verano de amor en California y la resaca del Mayo del 68 en Francia se produce una gran diáspora en esta generación rebelde.



La devaluación de la peseta en 1967 atrae a los primeros hippies a Ibiza, y se empieza a crear un movimiento muy fuerte. Se abren discotecas afines a esta ideología,la primera fue "La cueva de Alex Babá",creada por Alejandro Vallejo-Najera y también se abre el primer Amnesia. Comenzaron a proliferar grupos de jóvenes cuya existencia se centraba en el consumo de derivados del cáñamo (kif, grifa, marihuana, haschisch) y LSD que se ritualizaban y utilizaban como puntos de referencia para una contracultura cada vez más antagónica con los valores considerados normales, desarrollando una ideología que recordaba vagamente a la del movimiento que se había desarrollado años atrás en Estados Unidos pero sin una cohesión clara y adoleciendo de los aspectos identitarios que sí marcaron aquel.

Los hippies en Ibiza se organizaban en comunas e intentaban sacar un dinero vendiendo productos manufacturados, como pulseras, cuadros, bolsos, etc. o productos y hortalizas cultivados por ellos mismos, como patatas, tomates o miel. Esto derivó en los famosos mercadillo que aun podemos visitar hoy en día, como el de Las Dalias o Es Canà. En general no eran muy bien visto por los ibicencos, los llamaban "peluts" (peludos) y finalmente su naufragio como movimiento fue paralelo a su perdida de peso entre los movimientos sociales juveniles de los 70 y cierta actividad del Régimen que detuvo a un gran número de ellos que se dedicaban al contrabandismo.
A partir de ahí la isla blanca ha derivado en lo ya conocido por todos, ninguna comuna existe hoy, al menos a imagen y semejanza de las antiguas, quedando grupos reducidos de hippies vinculados a los mercadillos anteriormente mencionados de las Dalias o Es Cana.


En contraposición con ello la cultura del clubbing y la fiesta sin freno dotada de inmejorables infraestructuras se impuso en los 90, siendo el epicentro turístico mundial en este sentido.





Podemos hablar que desde el 2005 ese fenómeno se encuentra en franca decadencia, en primer lugar por la gran cantidad de problemas que se derivaban de aquella idiosincrasia a todos los niveles e indisolublemente unido a ello por la bajada de ingresos procedentes de este tipo de turismo que ha determinado a los ibicencos a intentar cambiar el perfil de público que acude a la isla; así la novedad más visible se ha producido hace un par de años con el ajuste de horarios, prohibiendo los llamados “after hours” y obligando a las macrodiscotecas a cerrar sensiblemente antes.




Los efectos se perciben rápidamente hasta para un mero visitante ocasional como yo. Todo se ha tranquilizado, y aunque ese punto de desenfreno siga existiendo en determinadas circunstancias ahora hay que buscarlo, cuando hace unos años precisamente lo que tenias que perseguir era un instante de tranquilidad y relax. Los habitantes de Ibiza también lo empiezan a percibir, como bien dice un amigo mío oriundo de allí “ ya puedes ir a Urgencias sin saber que ibas a esperar 6 horas para que atiendan las intoxicaciones etílicas y de estupefacientes de turno”. De todas forma este lugar siempre tiene algo de irracional que conlleva unos cuantos dramas cada verano, si hace unos años los mataba el ghb ahora lo hace el “balconning”.

Por mi parte solo puedo admitir que no queda casi nada autentico en la isla, que el proceso de mercantilización de los visitantes y una forma determinada de turismo han conseguido que la magia de este enclave geográfico se reduzca a algunas playas y aguas cristalinas del norte que todavía perviven sin masificación, a observar alguna puesta de sol impresionante a ritmo de chill en San Antonio y a pasear en invierno por Dalt Vila quedándose prendado de esa luna tan increíblemente luminosa que solo se puede disfrutar en la isla. Bien pensando, son suficientes razones para que siga sufriendo ese cosquilleo cada vez que aterrizo allí.




Esta última foto la tomé hace escasamente un mes, hasta pronto Ibiza

José Manuel del Río

3 comentarios:

  1. Buena crónica J., estoy de acuerdo en que la Eivissa que hoy podemos visitar en verano, llena de cumbia-minimal y dance-house no tiene nada que ver con la de hace 10 años. La esencia se ha perdido. Un apunte más para tu historia de la Isla, esto contaban Danny Rampling y compañia alla por 1987 tras una visita a Eivissa, despues de la cual iniciarían el movimiento "rave" en UK y la explosión del clubbing ibicenco:

    Danny Rampling: Amnesia fue una completa revelación. Como DJ, Alfredo mezclaba la música con una textura comparable a la pintura de Miró. Bailábamos al aire libre, rodeados de una diversidad de gente tan sexy que nos voló la cabeza.

    Johnny Walker: Volvimos al final de esa misma temporada y conseguimos una copia del set de Alfredo. Nosostros musicalizábamos clubs de soul y jazz, y nadie pasaba house en Londres para esa época, además de los clubs queer. El había pasado dos versiones de ‘House Nation’ y después a George Michael.

    Nicky Holloway: Volvimos literalmente con la camiseta y los flyers, y cinco meses después Paul comenzó en Spectrum, Danny en Shoom y yo en Trip. Tres clubs emergentes. No fue un accidente. Sabíamos que iba a ser enorme.

    Paul Oakenfold: Antes de Ibiza, pasaba LL Cool J y Run DMC, pero cuando volvimos ya estaba poniendo acid house y Cyndi Lauper. Usábamos pantalones abuchonados y bailábamos como maníacos, todos. Por enconces, los lunes estaba Spectrum, donde pasaba todo acid, y los viernes en Future, donde mezclaba el indie con el dance. Así es como terminé remixando a Happy Mondays, the Cure, the Stone Roses, y de gira con U2.

    Vitor P

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  2. Gracias por colaborar Vitor, ya viste que paso de puntillas por el tema clubbing dado el espiritu del blog pero aportaciones como esta, de los que os dedicais profesionalmente al djying se valoran y mucho. saludos

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  3. Yo encantado.
    De lo que comentas, la esencia "hippie" post verano del amor y demás, ya no existe ni tan siquiera en los mercadillo de las Dalias ni Es Caná, que ya son de todo menos hippies. Quizá los encuentros en Benirrás para cantar y bailar a la puesta del sol, puede que guarden ese espíritu libre de comunión con la naturaleza y las drogas naturales.

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